Tuesday, February 20, 2007

La boca del metro



En el metro, en día laborable, en hora punta, se suele viajar bastante apretado. Se suele oler el sudor o el perfume de los demás, con igual desagrado. De hecho, estos son los dos tópicos olfativos más comunes que se emplean para describir esta situación incómoda con cierta gracia. Pero no es el caso.

Yo debo viajar más apretado que nadie pues lo que huelo no es perfume o sudor sino el aliento de las bocas ajenas. Y eso pasa cada mañana.

2 comments:

xallue said...

Pues que San Holorato, patrono de los olores (!) te conserve el tercer sentido, que es uno que ayuda a la supervivencia. Aunque no a todos. A la pobre víctima del "Mad Metro Pusher" que el otro dia recibió un empujon mortal en el andén, y que era sordomudo, no le sirvió.
(Otro día te cuento cuántos sentidos tenemos)

manuel allue said...

Tremendo bro.

Pues como yo no soy tan didáctico sólo te aconsejo una vuelta por el metro de Madriz y, en especial, la estación Alonso Martínez. Miedo a algo más que los olores.