Wednesday, December 19, 2007

La nariz

Huele raro por aquí. Algo huele a podrido. He mirado debajo de la cama pero no hay nada. En la cocina todo parece normal y el lavabo huele a lejía. Hay un hedor extraño que aparece pronto por la mañana. Me despierta cada día, me acompaña mientras tomo café. Llega con el amanecer, pero nunca se queda hasta mediodía. Algo huele raro por aquí y no logro descubrir qué es.

Ella


-Lo que más rabia me da de ella es que siempre usa diminutivos al hablar. “He comido una ensaladita con una salsita muy rica y luego me he tomado un cafetito”.
-Sí, y luego esta colando constantemente palabras en otros idiomas. Te da la mano y la muy petarda te dice “enchanté”.
-“Enchanté” …no te jode.
-Y luego te dice “Oh, thank you, my darling” y “hoy me siento down”. Lo peor, de hecho, fue lo de ayer. Le conté que, el otro día, en un bar nos trataron fatal desde que nos vieron entrar, y va ella y me suelta: “es que a las mujeres no nos tratan bien si no es dentro de la cocina… es que este es un mundo de hombres …es que no debemos dejar que nos traten así…”. Y yo le digo: “Oye tía, ¿que no te das cuenta? Que yo no tengo problemas por ser mujer, que los tengo por ser negra”. Y se me queda mirando con ojos bizcos. Una petarda, eso es lo que es.